Sonrisólogos: El arte de sanar a través de la alegría
Ricardo Basáez
“Siempre decimos que trabajar en esto es lo más serio que hemos hecho en nuestra vida”. Así describe Carola Garabano el trabajo que realizan en Sonrisólogos, una agrupación compuesta por un equipo de profesionales provenientes del área artística, social y psicológica que ayudó a fundar, junto a otros profesionales, en el año 2008.
Trabajan en el Hospital Sótero del Río, en Puente Alto, acompañando a niños, niñas y adultos en tratamientos de diversas enfermedades, a sus familias y al personal médico, llevando salud, bienestar y alegría a niños, niñas y adultos con distintas enfermedades o tratamientos médicos.
“Llevábamos mucho tiempo trabajando con la Municipalidad de Puente Alto y la de Pirque. Veníamos haciendo este sentido social de la actuación y el clown y en el 2008 nos instalamos en el Hospital Sótero del Río. Utilizamos como lenguaje principal el arte del clown, que es el payaso, con el propósito de entregar alegría y abrir un espacio para la expresión de las emociones en los niños y adultos que estén hospitalizados”, asegura Carola Garabano, una de las fundadoras y actualmente una de las directoras de Sonrisólogos.
Esta agrupación se dedica profesionalmente a esta labor en un convenio con la Municipalidad de Puente Alto, cumpliendo estrictos protocolos sanitarios, respeto por los pacientes, sus familias y el personal del hospital. Es un espacio para la expresión de las emociones de niños y adultos que padecen de enfermedades y tratamientos, como cáncer o enfermedades mentales.
“Los padres dicen que antes de una intervención nuestra, los niños estaban tristes o no estaban comiendo, pero después sienten que tienen más ánimo y ganas de jugar. Lo mismo pasa con los equipos de salud”, nos cuenta Carola.
El método de trabajo que utilizan se basa en la actuación e improvisación que no expone al otro y siempre respetan a los pacientes, esperando la autorización de los involucrados o sus familiares.
“Para ser sonrisólogo se requiere de una formación técnica que tiene que ver con la música, la actuación e improvisación. Además, cuando entran al hospital, tienen que tener una formación de protocolos y normas intrahospitalarias. En ese sentido, nosotros somos muy rigurosos y muy profesionales en la formación del equipo. De otra forma no podríamos hacer investigación, ni las intervenciones que hacemos semanalmente”, dice Carola Garabano.
El trabajo de los Sonrisólogos no se limita a los niños y niñas. También realizan intervenciones con adultos en el área de maternidad, de enfermos de cáncer y otras patologías. También tienen actividades con los familiares de los pacientes y los trabajadores del hospital. Aseguran que su objetivo no es sólo hacer un show y sacar sonrisas.
“Nosotros no hacemos risoterapia, la risa viene producto de una buena intervención de los clown. El objetivo es abrir un espacio para que el niño pueda expresar sus emociones”, dice Carola.
Los padres dicen que antes de una intervención nuestra los niños estaban tristes o no estaban comiendo, pero después sienten que tienen más ánimo y ganas de jugar
Carola Garabano, Directora de Sonrisólogos
Bosque de esperanzas
Los Sonrisólogos también participan en un proyecto en conjunto con la consultora Symbiotica que consiste en la plantación de más de 1200 árboles de 25 especies distintas en el Hospital Sótero del Río. Se trata de un bosque Miyawaki, que busca crear un espacio de contacto con la naturaleza para los pacientes, las familias y el personal de salud.
“Es un verdadero regalo. La proyección que hacemos es poder, de acá a un par de años más, sacar a los niños a pasear por el bosque. Creemos que la naturaleza nos cura, conectarnos con el sol, el agua. Un hospital no tiene porque ser un lugar triste, puede ser un lugar lleno de magia. En 10 años va a ser un pulmoncito precioso que estará disponible para los pacientes”, concluye Carola.