GASTRONOMÍA SOCIAL: LA FUNDACIÓN CHILENA QUE CRUZA FRONTERAS CON REINSERCIÓN SOCIAL EN LA INDUSTRIA CULINARIA
Benjamín Ríos Merino
“Cómo profesional de la gastronomía, ¿cómo no vas a combatir el hambre?”, reflexiona Rafael Rincón, cofundador y presidente de Gastronomía Social. Toda su vida estuvo relacionado con el rubro de la alimentación. Cuando era joven en Madrid, sus padres fundaron Buen Provecho, una línea de restaurantes con ética alimentaria. Así recibió los valores de la fundación que hoy preside y que busca poder instalarse en toda Latinoamérica.
Gastronomía Social se instaló en Chile en 2019. Sus primeros pasos se dieron en un contexto de crisis alimentaria por la pandemia, por lo que colaboraron con las ollas comunes en distintos lugares del país. Desde ahí han diversificado sus proyectos a distintas áreas tales como la integración social, ayuda laboral, educación, economía circular y comedores comunitarios en casos de catástrofes. Hasta la fecha han rescatado 8 toneladas de alimentos y han formado a más de 17 mil personas en gastronomía, de las cuales 75% son mujeres y un 80% del total pertenecen a una población vulnerable.
Nuestros tres pilares son la seguridad alimentaria, la inclusión social y la conciencia medioambiental. Son tres aspectos en donde menos se involucra la gastronomía y a veces tienen un impacto negativo
Rafael Rincón cofundador y presidente de Gastronomía Social.
“Somos una fundación que viene a implementar sistemas de acción colaborativos con todos los actores del sistema alimentario para generar bienestar social. Nuestros tres pilares son la seguridad alimentaria, la inclusión social y la conciencia medioambiental. Son tres aspectos en donde menos se involucra la gastronomía y a veces tienen un impacto negativo”, explica Rafael Rincón cofundador y presidente de Gastronomía Social.
GASTRONOMÍA SOCIAL SIN FRONTERAS
Rafael recuerda las historias de su abuela, de cómo sufrió durante la Guerra Civil Española y lo que significa realmente pasar hambre. Por la experiencia en restaurantes slow food de sus padres conoció la industria culinaria a fondo. Cuando se radicó en Chile y se interiorizó con las problemáticas sociales, junto con su equipo logró dar con un sistema medible, escalable y replicable.
Ya con los cimientos en Chile Gastronomía Social espera poder instalar su modelo de trabajo transversal y comunitario en otros países de la región.
“Queremos poder desarrollar estos cambios sistémicos a nivel de Latinoamérica. Este modelo buscamos hacerlo efectivo en Colombia, Bolivia, próximamente en Argentina y Paraguay y antes de 2026 con Perú y Ecuador. Queremos instalar el ecosistema Ñam, donde cualquier joven de habla hispana latinoamericano que busque una oportunidad, viviendo un estado de vulnerabilidad, pueda acceder a este sistema que le dará oportunidades de formación”, detalló Rafael.
El concepto de Gastronomía Social es que no se pueden dejar de lado estas problemáticas aunque por períodos parezcan zanjadas. Recuerdan que un 20% de la población chilena vive al límite de la inseguridad alimentaria. “Se ha perdido un poco la memoria desde la pandemia, pero en esa época se rompió el techo de cristal en que vivimos. Hay un sector muy importante de la población que vive en una fragilidad. Se demostró que la inseguridad alimentaria está al otro lado de la esquina y no tarda en llegar en momentos complejos. Esto nos motiva a promover nuevos sistemas alimentarios”, explica el cofundador.
La Fundación Gastronomía Social trabaja en seis proyectos de manera paralela, los cuales puedes conocer a profundidad en su página web. Además, como institución siempre están preparados en caso de catástrofes para asistir a la comunidad con ollas comunes, como el caso en los mega incendios de Valparaíso durante el último verano.