César Pizarro:
El guardián del Desierto Florido en Atacama
Ricardo Basáez
César estudió biología en gestión de recursos naturales en la Universidad Católica de Temuco. Creció en la Araucanía donde hacía montañismo subiendo los volcanes de la zona. Viendo esos maravillosos paisajes desde las alturas, se dio cuenta de la necesidad de cuidar esa naturaleza y decidió dedicarse profesionalmente a eso. «De ahí nace la necesidad de buscar el camino para poder proteger el ecosistema», nos cuenta.
Otra de las preocupaciones que siempre tuvo César fue la situación del agua en nuestro país. Por eso decidió instalarse en el lugar de Chile donde este elemento sufre mayor riesgo: el Desierto de Atacama.
Luego de terminar la carrera y sacar su título, postuló como guardaparques en la Reserva Nacional Los Flamencos en la Región de Antofagasta, donde trabajó con ecosistemas Alto Andino y desarrolló estrategias de turismo sustentable.
Si logramos proteger el Desierto Florido, es una señal de que aún nos queda planeta
César Pizarro, Jefe Conservación de la Diversidad Biológica de la Conaf Atacama.
Tras 6 años, César decidió seguir más al Norte hasta llegar a la región de Atacama, y trabajó en el Parque Nacional Nevado Tres Cruces, levantando información y desarrollando técnicas de monitoreo para proteger especies en conservación.
Se especializó en temas de conservación en la Región de Atacama y se dio cuenta de que en los Llanos Centrales no había protección, a pesar de que es el sector donde se encuentra el Desierto Florido. Desde ese momento comenzó una cruzada para que el resguardo de esta zona fuese prioritario.
«Está en la Estrategia Regional de Biodiversidad del año 2009 donde se establece la prioridad de proteger ecosistemas del Desierto Florido, específicamente en formación vegetacional, pero no se había avanzado en eso», asegura César.
Desde el 2018 César se desempeña como Jefe de la Sección de Conservación de la Diversidad Biológica de Conaf en la Región de Atacama y se transformó en uno de los principales impulsores en la creación de instancias y normativa para proteger el Desierto Florido. Luego de varias propuestas y peticiones en colaboración con autoridades y organizaciones de la zona, lograron ser escuchados.
«El 2021 la lluvia provocó una floración de unos 80 kilómetros y aprovechamos la instancia para poner el tema de la protección de esta zona con más fuerza en la mesa y recalcar que había que darle prioridad», asegura.
En ese contexto, propusieron desde Conaf la creación de un área silvestre protegida en la zona de Travesía, donde se emplaza el Desierto Florido. Esto se tradujo finalmente en el anuncio presidencial que causó gran expectación a nivel nacional e internacional: la creación del Parque Nacional Desierto Florido, el cual busca proteger la biodiversidad en la formación de vegetación de los Llanos y en el sector de Travesía, ubicada a 30 kilómetros al sur de Copiapó y que contará con el estándar de protección ambiental más alto del país.
«Nuestra misión es poner en la mesa la prioridad de proteger el territorio. El valor ecológico que tiene, las especies que están en conservación, y la importancia de dar protección a un territorio que no está oficialmente protegido. Es un deber, porque es un mandato debido a la convención de diversidad biológica», indica César.
César asegura que esta es una deuda con la biodiversidad de Chile y con la región de Atacama ya que considera que es un ecosistema único y un patrimonio que es de todos.
«Para mí el Desierto Florido Significa Esperanza. Las especies que habitan allí son sobrevivientes, que llevan miles de años en el desierto más árido del planeta, pero que se han podido adaptar para esperar que llegue esa magia de la humedad y la camanchaca. Si logramos proteger el Desierto Florido, es una señal de que aún nos queda planeta», asegura César Pizarro.