Bosques de bolsillo: Chilenos ganan premio «Oscar» a la sustentabilidad
Isabel Tolosa L.
Fines de abril y los «Premios Verdes», se preparaban para celebrar 10 años de vida y lo harían a lo grande, en las islas Galápagos de Ecuador. El año 2013 nació esta iniciativa, en el marco de la Cumbre Internacional del Medio Ambiente (CIMA). En aquella primera edición participaron 109 iniciativas de empresas e instituciones comprometidas con el medio ambiente. Los bosques de bolsillo, todavía no eran conocidos como concepto en Chile.
Magdalena Valdés dedicaba su vida a la historia. Sin embargo, el 2020 dio un giro drástico. Dejó atrás bibliotecas y museos, abrió ventanas y puertas y decidió dedicarse a la botánica. Inspirada en su amor por la naturaleza, comenzó a estudiar la técnica del japonés Akira Miyawaki y sus bosques de bolsillo. Sin pensar, en enero de 2023 postuló su iniciativa a los premios conocidos como los Óscar del medio ambiente. No le dio mucha vuelta, su motivación principal era conocer Galápagos, jamás pensó que su proyecto tenía alguna posiblidad.
«Nos sorprendió para bien ver que esto no sólo era una novedad en Chile, sino que también lo era para América Latina. No se conoce mucho y todos quedaba encantados de ver cómo un bosque nativo puedes crecer de manera acelerada», nos cuenta desde su casa en Pirque, Magdalena Valdés, fundadora del proyecto Bosko.
Qué son los bosques de bolsillo
Los bosque Miyawaki o de bolsillo suele ser construidos en pequeños espacios y responde a una pregunta inicial, ¿qué habría en este suelo si no hubieran existido los seres humanos?
Así comenzó la investigación del experto en botánica y luego de responder esta pregunta, el japonés Akira Miyawaki, desarrolló un técnica que tiene varios pasos. En primer lugar, buscar las especies adecuadas, para luego imitar esas zonas y reproducir el bosque nativo.
La idea es copiar lo mejor posible el suelo de un bosque maduro, mullido y nutrido con vegetación natural y en función de la proporciones por especies. «Por ejemplo, en la zona central de Chile debemos plantar litres, quillayes, peumos, corontillos, etc. Todo ese grupo de plantas y árboles que están en la zona central se mezclan e interactúan», nos explica Magdalena con la pasión de tener en sus manos una técnica única que nos permite mejorar la vida en las grandes ciudades.
Bosques de bolsillo, restaurar la vida en la tierra
Este fin de semana el equipo de Bosko trabajó un bosque de bolsillo en el «Museo Taller», en pleno corazón del barrio Yungay, en Santiago Centro, y junto a varios voluntarios pudieron poner en práctica la técnica más valiosa de la construcción de Miyawaki: «Por metro cuadrado se plantan de tres a cinco plantas de todos los tamaños y que puedan convivir entre sí y luego se pone una especie de fardos de paja, porque en los bosques uno camina sobre hojas, ramas, troncos, insectos y todo eso alimenta el suelo y lo protege y así el sol no pega directo. Esto es clave para bajar la temperatura de la tierra», nos explica Magdalena.
El sueño de Bosko
Magdalena Valdés comenzó en su propia parcela en Pirque y luego los vecinos le pidieron que les hiciera bosques de bolsillo en sus jardines. De este comienzo han pasado tres años y hoy ya ha construido espacios verdes en colegios, en el parque Mahuida de La Reina, en el cerro San Cristóbal y donde la llamen. En el futuro, se proyecta transformarse en una fundación para poder trabajar en espacios públicos y en colegios vulnerables, donde además puedan invitar a la comunidad a trabajar en conjunto en la construcción y en la mantención de los espacios. «Los que se hacen cargo de estos bosques tienen un rol fundamental, observar que en primavera y verano se rieguen con el agua necesaria y desmalezar, porque eso mata nuestros Miyawaki, entonces necesitamos que existan cuidadores y esos sería bonito hacerlo en comunidad».
La Región Metropolitana apuesta por los bosques de bolsillo
Una de las características de los bosques Miyawaki es que permiten ahorrar agua, y si bien Bosko fue la primera iniciativa en utilizar la técnica en Chile, hoy son varios quienes buscan reforestar la capital con árboles nativos.
El Gobierno de Santiago comenzó, esta semana, la entrega de 19.000 árboles a la ciudadanía, como parte del Programa Brotar, una iniciativa aprobada por el Consejo Regional y ejecutado por Cultiva, Ong especializada en regeneración de bosques nativos y mejoramiento de espacios públicos.
Las personas inscritas en la web del Gobierno de Santiago recibieron un kit de plantación con distintas especies nativas, como Quebracho, Quillay, Huingan, Algarrobo y Pimiento; con todo lo necesario para plantar y mantener los árboles en casa, como compost para enriquecer la tierra, un protector y un tutor, además de un manual de plantación y la información para la mantención de los árboles.
El programa Brotar espera plantar 30.000 árboles nativos en distintos lugares de la ciudad y cualquiera, de manera personal o grupal, puede solicitar estos árboles y el kit llenando un formulario. El proyecto Santiago Brota también usa la técnica del botánico japonés denominada en Chile como «Bosques de bolsillo», porque se trata de una plantación nativa en espacios pequeños, pero muy rica en oxígeno, por lo que es «como si cada habitante llevara un poco de naturaleza en su bolsillo».