La gran hazaña de Eliza: Devolviéndole la mano a la educación rural

En 2007 la escuela rural San Francisco de Cunco Chico se hizo famosa por obtener el peor resultado Simce a nivel nacional. Muchos apoderados, buscando una mejor educación para sus hijos, los retiraron de la escuela. Una de ellas fue Eliza Cayuqueo, estudiante de 6º básico. Sin embargo, años más tarde, Eliza volvería, ahora para devolver la mano y entregar todos sus conocimientos y energía para que 314 niños y niñas pudieran, al igual que ella, darle continuidad a sus estudios. Esta es su historia.
Catalina Mardones

En Padre Las Casas, región de La Araucanía, se encuentra la localidad de Cunco Chico, una aldea rural donde no existe el transporte público. Allí hay una sola escuela, la Escuela San Francisco de Cunco Chico, a la que asistió Eliza Calluqueo cuando era una niña. Eliza cuenta que tenía que caminar 20 minutos para llegar, que era de las que vivía más cerca -porque tenía compañeros que caminaban 40, 45 minutos-, y que tenían que llevar todos los días su propia leña y pantuflas, “para no ensuciar el piso, pero también para el frío”. Uno de los rostros de la educación rural.

En 2007, la escuela San Francisco protagonizó una triste noticia: obtuvieron el peor resultado SIMCE histórico a nivel nacional. Muchas familias desilusionadas decidieron sacar a sus hijos de la escuela, entre ellas Eliza, que en ese entonces cursaba 6º básico y fue trasladada a un liceo en Temuco con la esperanza de recibir una mejor educación.

Cunco Chico lo conforma una comunidad mapuche, la “Cacique Abelino Torres”. De hecho, el 95% de los estudiantes actuales de la escuela tienen ese origen. Cuando Eliza se cambió al liceo en la ciudad, tuvo que alejarse de su comunidad y enfrentarse a las bromas y carcajadas por algo tan propio de ella como su apellido y raíces indígenas. A pesar de conocer por primera vez y en primera persona la discriminación, Eliza cuenta que esto le sirvió para poner a prueba su perseverancia y demostrar que su origen no la hacía menos inteligente ni menos capaz. 

Una nueva oportunidad

Mientras Eliza continuaba sus estudios en la ciudad, la fundación Educa Araucanía vio la oportunidad de acercarse a la comunidad y, mediante el diálogo y la colaboración, apoyar a la escuela para mejorar el aprendizaje de sus estudiantes y fortalecer la educación rural. Así, desde fines del 2007, la escuela tomó un nuevo rumbo: se mejoró la infraestructura, el equipamiento y se apoyó la gestión pedagógica. 

Yo soy fiel testigo de que si el apoderado está desde muy pequeño contigo y te motiva a que seas un profesional y una persona buena, el estudiante lo va a lograr, independiente de dónde tú vengas

Eliza Calluqueo, ex alumna y actual Encargada de Formación de la escuela

La fundación, que pasó a ser sostenedora de la escuela, desarrolló un modelo educativo rural intercultural, replicable para otras escuelas rurales. El modelo fortalece la propia identidad cultural y mejora significativamente la integración social, además de la calidad del aprendizaje. 

Los resultados del SIMCE de lenguaje, por ejemplo, subieron más de 130 puntos entre 2006 y 2017, mientras que el promedio de deserción de los estudiantes que pasaban egresaban de la escuela y pasaban a la enseñanza media, bajó de un 34% en el periodo 2007-2013 a un 9% en el periodo 2014-2021.  

El sueño de devolver la mano

Luego de terminar la enseñanza media, Eliza decidió estudiar psicología, donde se especializó en el área educacional. En el último año de su carrera, cuando tenía que buscar práctica laboral, su madre le metió una idea en la cabeza: conseguirla en la Escuela San Francisco de Cunco Chico y así volver a su comunidad de siempre para dejar la ciudad. Y eso hizo. 

Ahora con 24 años, Eliza volvió a la escuela que la acogió cuando niña y, de alguna forma, llegó a devolverles la mano. Esta vez como profesional. 

En la escuela Eliza es, además de psicóloga, la Encargada de Formación y quien se hace cargo de un programa de seguimiento a los estudiantes que egresan de 8º para asegurarse de que continúen con sus estudios. “Yo soy fiel testigo de que si el apoderado está desde muy pequeño contigo y te motiva a que seas un profesional y una persona buena, el estudiante lo va a lograr, independiente de dónde tú vengas”, dice Eliza, quien confía en que el apoyo de lla institución es tan importante como el del apoderado.  

Hoy, la Escuela San Francisco de Cunco Chico goza de una educación de excelencia y, con el apoyo de la fundación Educa Araucanía, cambiaron el rostro a la educación rural, levantando un modelo sostenible y replicable para otras escuelas rurales. Eliza, la escuela y la comunidad mapuche de Cunco Chico, entregan no solo una educación de calidad, sino también intercultural, promoviendo los valores de su cultura y el Küme Mongen o, en español, el buen vivir.

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