19 de mayo 2022

Un grupo de amigos de la comuna de La Granja se dieron cuenta en 2012 que muchos productos básicos en el ámbito de la alimentación y el aseo venían por lo general en grandes envases. Esto perjudica principalmente a las familias más vulnerables que pueden llegar a pagar un 40% más ante esta situación. Es así como nació Algramo, un emprendimiento social que diseñó un sistema de venta que permitiera obtener productos básicos a precios más accesibles que los ofrecidos por los supermercados o grandes tiendas, vendiendo la cantidad justa que los clientes necesitan. 

Hoy Algramo está presente en cientos de almacenes y tiendas en Chile, Colombia y próximamente en México, poniendo a disposición productos básicos a precios más justos y haciendo un aporte al medio ambiente al reutilizar los envases. 

Conversamos con José Manuel Moller, uno de los  fundadores de este emprendimiento social, quien nos cuenta sobre la oportunidad que tenemos como sociedad de implementar este tipo de modelos con impacto social, medioambiental y económico. 

¿Cómo la reutilización combinada con la tecnología pueden ser una herramienta para transformar nuestros hábitos de consumo?

La venta a granel en envases reutilizables es la forma de comerciar productos más antigua que hay. Antes no existían los envases desechables ni los plásticos de un solo uso y la lógica de consumo era mucho más circular y armónica con la naturaleza. Luego de la revolución industrial, del aumento exponencial de la población y del surgimiento de las grandes industrias que conocemos hoy, los envases reutilizables prácticamente desaparecieron, principalmente por razones sanitarias y de marketing. El envase se convirtió en un canal de comunicación muy importante y se desarrolló un modelo de consumo lineal, que aseguraba la calidad del producto y la presencia de marca. 

¿Cómo ha evolucionado este modelo en los últimos años? 

Hoy tenemos la tecnología para que podamos cumplir con todas las normas sanitarias, teniendo trazabilidad de los productos y altos estándares de calidad, así como un ecosistema digital para comunicar más y mejor de lo que antes se comunicaba en los envases. La tecnología para que comencemos la transición a una economía circular ya está, solo falta que unamos las voluntades de todos los sectores y comencemos a colaborar con sentido de urgencia para acelerarla. 

Si queremos revertir la crisis climática, necesitamos que las soluciones e innovaciones sustentables estén al alcance de todos y todas

José Manuel Moller.

Revertir el cambio climático es tarea de todos y todas, pero ustedes incluyen un componente igual de urgente, que es el impacto social. En este sentido, ¿cuál es el desafío actual de las diferentes industrias, agentes de cambio y actores de la sociedad civil?

Para nosotros, el impacto climático y el impacto social son dos caras de la misma moneda. Por un lado, porque a quienes más va a afectar el cambio climático es a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad, que no van a tener los recursos necesarios para enfrentar la escasez de recursos o las migraciones climáticas. Y por otro lado, porque si queremos revertir la crisis climática, necesitamos que las soluciones e innovaciones sustentables estén al alcance de todos y todas. No nos sirve que solo la gente acomodada tenga hábitos sustentables, esto no haría la diferencia. 

Entonces, ¿cómo se pueden masificar estos temas y crear conciencia a nivel global? 

El gran desafío es generar cambios a gran escala, en todas las industrias, en todos los países y de forma urgente. Para esto, necesitamos generar cambios sistémicos, que consideren soluciones accesibles en términos económicos y geográficos, que no tengan barreras de entrada y estén dirigidas a la gran mayoría. Esta es la única forma en que vamos a poder enfrentar esta crisis, repensando nuestro modelo económico y nuestro sistema de consumo, desde las industrias, los consumidores y las políticas públicas.